Si es que no puede ser. Si están ahí por lo mismo. El que tú y yo estemos al borde de la inanición, con la soga al cuello y la amenaza del desahucio, alimenta aun más sus deseos de posesión. Últimamente desbarraba yo sobre la insaciable voracidad de los socialeros, cuando los socialeros nos mangoneaban.
No sé por qué, pero suponía que los que llegaron, iban a entrar con otras maneras más moderadas en cuanto a lo tocante a prebendas, abusos y desmelenes generalizados, pero se ve que eso no está en el guión de los que acceden a la gobernación de lo que dejaron otros.
Seguro estoy que cuando subasten la vivienda de la que te desahuciaron, caerá también en las redes de los que tú y yo votamos para que nos sacaran del barrizal.
Ironías de la vida, porque lo que más les interesa es que sigamos en el lodazal, cada vez más hundidos, y pagándoles los diezmos hasta la víspera de nuestro adiós.
Si es que no puede ser. Si están ahí por lo mismo. El que tú y yo estemos al borde de la inanición, con la soga al cuello y la amenaza del desahucio, alimenta aun más sus deseos de posesión. Últimamente desbarraba yo sobre la insaciable voracidad de los socialeros, cuando los socialeros nos mangoneaban.
ResponderEliminarNo sé por qué, pero suponía que los que llegaron, iban a entrar con otras maneras más moderadas en cuanto a lo tocante a prebendas, abusos y desmelenes generalizados, pero se ve que eso no está en el guión de los que acceden a la gobernación de lo que dejaron otros.
Seguro estoy que cuando subasten la vivienda de la que te desahuciaron, caerá también en las redes de los que tú y yo votamos para que nos sacaran del barrizal.
Ironías de la vida, porque lo que más les interesa es que sigamos en el lodazal, cada vez más hundidos, y pagándoles los diezmos hasta la víspera de nuestro adiós.
Rafa